UN HAZ DE LUZ GENERA UNA O MÁS SOMBRAS.
Si no generara ninguna, sería por no haber un objeto a iluminar, o un observador a
testimoniar. En condiciones reales, entonces, la sombra gana sobre la luz.
Le daré razón a la afirmación de Sverre Fehn: "La creación de una sombra
dispone el origen de un lugar".
Al ver las sugerencias que Light Collective presentaba para animar a participar al
concurso One Beam of Light, mi atención se concentró así sobre uno de los
principios-guías propuestos: shadow and silhouette, lo que desde siempre para mi
es una obsesión.
Sí, porque amo la luz, no podría vivir sin ella, pero lo que me apasiona y me anima
es la zona oscura.
Mal guiados por un imaginario y un vocabulario que asocia "luz" a razón y
sabiduría (pensemos en el Siglo de las Luces), nos olvidamos que es la sombra la
clave del conocimiento, el descubrimiento, la percepción, como bien describe
Roberto Casati en su libro La scoperta dell'ombra [traducido al inglés como
Shadows: Unlocking Their Secrets, from Plato to Our Time, ediciones Knopf
Doubleday Publishing Group, 2007]: sin las sombras proyectadas por los planetas
y los satélites, ¡Galileo no se hubiera nunca "iluminado"!
Parafraseando el aforismo de Apollinaire "Todo se lo he dado al sol. Todo menos mi
sombra", diría yo: "Debo todo al sol. Especialmente mi sombra". A ella, mi amiga y
amante, quise rendir tributo con las imágenes que entregué a One Beam of Light y
que a la postre resultaron una ganadora y otra en la shortlist.
Marialucia es la instantánea de una serie de instalaciones para revalorizar una
forma de artesanado que va perdiéndose. La luz resalta el encaje Punto Venezia a
través del contraluz y la sombra generada, que desvela los dibujos y los patrones
bordados expandiéndolos en la superficie de fondo.
Una única fuente de luz se mueve a lo largo de un arco generando diferentes
sombras, como el sol en su órbita.
La fuente de luz utilizada para la otra toma es el sol real. Esta estrella que, desde
un solo punto, genera infinitas combinaciones y variaciones de tonos.
Yin Yang es un juego de positivo-negativo. La sombra y la luz son aparentes
dualidades del mismo fenómeno.
Dentro de un momento, el pájaro iluminado se juntará con su propia sombra. Las
dos manifestaciones se originan y se transforman la una en la otra, en un equilibrio
dinámico. En toda oscuridad hay presencia de luz, y viceversa.
Un principio de filosofía oriental, pero también el concepto base del claroscuro,
técnica desarrollada por artistas occidentales, distinguiéndose entre ellos él que
siempre defino el mejor diseñador de iluminación de la historia: Caravaggio.
Si él construía volúmenes y emociones con un pincel, nuestro trabajo en definitiva
es pintura: diseñar el espacio con la luz es pintarlo aplicando el claroscuro a la
arquitectura, a la ciudad, a la escenografía.
Composiciones: de formas, de colores, de intensidades, de sensaciones. De esto
trata nuestro trabajo de lighters. Por esta razón se puede y tiene que inspirar y
alimentar de artistas y profesionales de distintas disciplinas.
Caravaggio y Sverre Fehn. O Louis Kahn y Edward Hopper.
Siguiendo con una lista personal, menciono por religioso obsequio, sin añadir nada
más, al escritor Junichiro Tanizaki.
En la fotografía, el húngaro André Kertész, que definía su trabajo como "escribir
con luz". Pero es la sombra la que dona fuerza expresiva a sus imágenes.
En la danza, una pieza de la coreógrafa Anne Teresa de Keersmaeker es toda una
referencia; es difícil hablar de dueto en su Fase, Four movements to the Music of
Steve Reich: el reparto está formado por dos bailarinas y sus 3 o 4 sombras, la
coreografía es la relación matemática entre ellas.
Con el movimiento, desbordar a ámbitos no sólo visuales: la música, la
gastronomía, l'art de vivre. Llegar a la vida real, pasar desde la composición a la
experiencia. Y verificar si no es cierto que una composición luminosa privilegia la
vista, pero una más oscura puede realzar los demás sentidos.
La sombra y los matices pueden permitir una experiencia quizás menos analítica,
pero más inmersiva, con su poder iconográfico, expresionista, evocador,
desinhibidor.
No tengamos miedo de quedarnos corto de luxes: la luz brilla por su ausencia.
(artículo publicado en LIGHTECTURE nº 10)